lunes, 19 de marzo de 2012

no sólo de fieltro vive el taller...

A mi los retos me van. Me cuestan pero en el fondo me gustan. Me peleo, despotrico, lo dejo, lo vuelvo a cojer... Eso es lo que siempre me habia pasado con el ganchillo -o más finamente "crochet"-. No hay quien entienda las instrucciones: con A, 1p.r. en h.p. de 3er p.aa. ¡Venga, descífralo!... Pero un día conseguí un librito para hacer Amigurumis -muñequitos japoneses hechos de ganchillo- y eso, ya tenía otra pinta. Y la mejor oportunidad para pelearme con este proyecto fue la noticia de que iba a ser tía. 

"He de decir", que el tema no resultó 100% como yo había pensado.... En un principio pensé en hacerle un osito, pero al ir avanzando se parecía más a un tigre y finalmente terminó en lo que parecía ser un conejo -un pelín monstruoso-... Bueno, nadie es perfecto y la práctica hace al maestro ¿no? 




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